Como profesionales de la salud que trabajamos con adolescentes y jóvenes adultos, sabemos que esta etapa implica tomar decisiones y enfrentar cambios. Momento difícil tanto para ellos/ellas como para sus familias y los educadores que deciden acompañarlos.

No significa que sea imposible. Sí requiere de estrategia, energía y esfuerzo.

¿Es una etapa de incertidumbre?

Sí, es uno de esos momentos en los que nos encontramos tomando una decisión para comenzar con nuestro desarrollo profesional. Varias veces, a lo largo de la vida, nos encontramos con situaciones en las cuales no sabemos o no tenemos muy en claro en dónde estamos parados, y mucho menos hacia dónde queremos ir. Es cuando suelen aparecer estas preguntas.

¿Quién soy? ¿Quién quiero ser? ¿Hacia dónde voy?

Es importante tomarse el tiempo necesario para responderlas y tomar así la mejor decisión para cada uno/a.

Es un momento que nos lleva a salir de nuestra zona de confort, para dar un salto fundante en la vida. Cuando terminamos el colegio secundario es la primera vez, pero no la única, en la que nos enfrentamos a la toma de una decisión.

Revelar, descubrir y descifrar tu ORIGINALIDAD y tu PROPÓSITO es entender lo que te hace único e irrepetible, reconociendo tus fortalezas y debilidades. Es analizar tu personalidad. Conocerte permite descubrir tu sentido y así crear tu camino.

Es necesario que buceemos en nuestros sueños, valores, aspiraciones y aportes para empezar a construir nuestro propio propósito, y de esta manera aportar al mundo desde nuestro desarrollo profesional y personal.

A los padres y madres y/o adultos que compartimos con ellos estos cambios es importante que los acompañemos, demostrando confianza y respetando sus tiempos. Es un tiempo de escucha, de empatía y de compromiso con el joven/ la joven. Son momentos de dudas, de miedos, de ansiedad y de incertidumbre. Que nuestra palabra no sea condicionante, sino un testimonio.

La construcción de TU FUTURO / SU FUTURO implica pedir ayuda y asumir compromiso para crear un escenario que no necesariamente es definitivo.

¿Qué permite una orientación vocacional?

Conocer la personalidad, habilidades y/o debilidades, intereses, gustos, a partir de la aplicación de técnicas psicométricas y proyectuales. Analizándolas en conjunto, es lo que enriquece el proceso.

Por otro lado, durante el mismo, se hace un relevamiento de áreas y carreras, las cuales se profundizan de acuerdo a los intereses de cada orientado. Es un pilar importante del proceso, ya que para poder elegir, primero hay que conocer las opciones que nos brindan el sistema educativo formal y no formal. A través de esta investigación se pueden incorporar conocimiento de carreras y roles, llegando a la decisión con información y conciencia.