El sueño como componente indispensable para generar un buen desarrollo vital.
El sueño es cíclico y se divide en 5 fases, a medida que avanza se hace cada vez más profundo.
Etapa de adormecimiento (Fase 1)
Esta primera etapa es de transición, comprende aproximadamente los primeros diez minutos del sueño, desde que estamos en período de vigilia hasta que nos adormecemos.
Etapa de sueño ligero (Fase 2)
Ocupa aproximadamente el 50% de nuestros ciclos de sueño. El cuerpo se va desconectando lentamente de aquello que hay en nuestro entorno, tanto nuestra respiración como nuestro ritmo cardíaco se van ralentizando.
Etapa de transición (Fase 3)
Se trata de una etapa corta, de apenas dos o tres minutos, en la que nos acercamos al sueño profundo.
Etapa de sueño profundo o de sueño Delta (Fase 4)
Suele ocupar aproximadamente un 20% del total del ciclo del sueño. Es la etapa más importante de todas, ya que va a determinar la calidad de nuestro descanso. Durante esta fase del sueño también es difícil despertarnos: nuestro ritmo respiratorio es muy bajo.
Etapa de sueño paradójico (Fase REM)
Ocupa un 25% de nuestro ciclo del sueño, entre 15 y 30 minutos. Se caracteriza por tener una alta actividad cerebral, muy similar a la que tenemos mientras estamos despiertos, si bien la actividad cerebral es muy alta los músculos se encuentran bloqueados. Es la fase en la que soñamos y captamos información del exterior. Si el dormir es muy superficial no llega a formarse el sueño, ni la fase REM.
Los estudios sobre el sueño comenzaron en épocas muy antiguas. Todos tenemos sueños, pero no todos los recordamos porque existe una represión normal. El cerebro se desconecta de la realidad exterior y se conecta con el mundo interior. La mente en blanco no existe, el cerebro funciona siempre, permanentemente.
Muchas veces las causas del dormir mal suelen ser por situaciones emocionales (temor, ansiedad, depresión, miedo) ese ciclo se ve alterado y nos impide soñar y descansar profundamente. También se pueden encontrar aquí las pesadillas o sueños nocturnos.
Los ritmos o ciclos circadianos también son importantes a la hora de desarrollar un buen dormir. Son ritmos biológicos que todos los seres vivos tenemos y que nos ayudan a regular nuestro descanso. Generalmente se sincronizan con los ritmos ambientales, de modo que tendemos a descansar en las horas de oscuridad y a estar más activos durante las horas de más luz, aunque pueden desajustarse debido a circunstancias concretas (un ejemplo de ello podría ser el jet lag ) Es importante que respetemos estos ciclos circadianos ya que la producción de hormonas está muy asociada a ellos. ¿Cómo? Durmiendo con luz y televisión apagada.
Medidas higiénico dietéticas
● No tomar café antes de dormir
● Dormir con las luces apagadas
● Bajar niveles de música
● Bajar todo tipo de estímulo
● No leer en la cama
● No usar celular en la cama
● No ser sedentario