Nuestra relación con la comida comienza antes de nacer. Comienza en nuestro vínculo con nuestra mamá. Al principio: comida, placer, cariño, sostén, vienen unidos. La relación con la comida es muy primaria, previa a la palabra. Por eso es que es muy fácil que traslademos un conflicto emocional a nuestra forma de comer. Que intentemos de llenar un vacío, o al revés, intentemos controlar o poner un freno al mundo exterior, o nos cueste “digerir” una situación.

Nuestro habito alimenticio es en parte inconsciente, entonces no nos alcanza la fuerza de voluntad para hacer cambios, sino que debemos entender primero cuales son nuestros automáticos, ¿qué nos lleva a comer una vez saciado el hambre físico? ¿Qué me lleva a dejar de hacerlo?

Una ALIMENTACION CONSCIENTE implica HACERNOS CARGO

¿Cómo influyen las EMOCIONES?

EMOCION → del inglés à E- MOTION: energía en movimiento. Nos acompañan todo el día.

Así como a la noche nos lavamos los dientes es importante hacer un check in para limpiar nuestra energía que fuimos acumulando durante el día.

Las emociones no son malas. Son mensajes que nos manda el cuerpo. Lo que puede ser malo es como reaccionamos o actuamos ante esa emoción.

Hay 3 preguntas que puedo hacerme para eso:

¿Cómo estoy hoy? ¿Cómo me siento? ¿Qué necesito realmente?

¿Por qué es importante identificar esto?

La principal consecuencia de comer por emociones a nivel físico es el sobrepeso. La consecuencia de no comer sostenido en el tiempo es el bajo peso y todo lo que eso implica: déficit de nutrientes: anemia, caída del pelo, pérdida de masa ósea…

Pero también es importante tener en cuenta la salud mental, ya que no oír las emociones ni atenderlas tiene también sus consecuencias.

Todos podemos tener ganas de comer algo rico o responder al hambre emocional alguna vez, pero cuando es algo sistemático siempre merece la atención. Y si veo que no puedo manejarlo, pedir ayuda. A un amigo, a un profesional.

Recomendaciones para enfrentar el hambre emocional

1.            En primer lugar identificar emociones: RECONOCERLAS. PONERLE NOMBRE. EJ: estoy nerviosa por el examen de mañana..

Se preguntarán, a veces identifico pero ¿qué hago una vez que la tengo identificada?

No la escondas o tapes (con comida física). Observá (te), sentila, vivila, respirala.

1.    Regalate pequeños momentos de autocuidado y conciencia plena en distintos momentos del día.

A lo mejor está muy automatizado el acto de comer o dejar de hacerlo, pero podes regalarte momentos de conexión con vos misma/o en otros momentos. Ejemplo:

·         INTERVINIENDO CON respiraciones profundas cuando te levantas a la mañana o en la ducha. En el auto, colectivo o mientras caminas yendo al trabajo o cuando sacas la basura… Preguntate: ¿Cómo fue mi día? ¿Cómo me sentí? Sin juicio. Escuchá tu respuesta.

·         También podes hacer un diario de todos los momentos donde te encontras comiendo sin hambre para ver de encontrar algún patrón en común

·         Puede ser que lo que necesites sean actividades de descarga y debas entonces potenciar hobbies, realizar actividad física o tener fuentes de relajación: baño inmersión, escuchar tu canción favorita respirando… 

2.            Evaluar la necesidad de tratarlo mediante una terapia psicológica.

Cabe destacar también que si llevamos una alimentación ordenada SUFICIENTE nutricionalmente para nuestras necesidades nos será más fácil controlar el hambre emocional.

LA COMIDA Y LA FORMA QUE COMEMOS es un reflejo de otros muchos aspectos que necesitamos prestar atención.

Si comemos alimentos cargados de energía, grasa, azúcar y después nos dá culpa, nos quedamos enroscados pensando que mi problema es con la comida. No nos estamos haciendo responsables del asunto que estamos posponiendo o procrastinando. Usamos la comida (o el control sobre ella) como vía de escape.

La culpa nos lleva a no hacernos cargo, entonces es importante poder preguntarnos: ¿cómo convertir la culpa en responsabilidad? ¿Comí mucho, sin hambre…me siento mal, siento bronca, rabia, culpa…qué hago?

Ahí de vuelta, podemos recurrir a conductas de autocuidado. Ir probando…el baño de inmersión no me sirvió la próxima vamos por… (?)

Es importante creer en nosotros mismos, podemos transformar esa energía y de esa manera intervenir tanto en nuestros pensamientos y emociones. Al HACERNOS CARGO ganamos autonomía personal.

¿Cómo estoy nutriendo mi vida, mis días? ¿Qué recursos tengo? ¿Cuáles puedo desarrollar nuevos? Hay infinitas herramientas. Estoy segura que las chicas en consultorio pueden ayudarles a conocerse y reclutar nuevos.

Licenciada en Nutrición Carolina Lanzano

MN 6415

@smarteat_